diumenge, 7 de febrer del 2010

Agua, aceite, harina y sal

3 comentaris:

Nynaeve ha dit...

No sé si tengo yo un cacharro de esos (o mi madre) para lo de los churros, pero de repente has conseguido que me entre una morriña de abuela que te pasas...

Y sí, he soltado lagrimitas

Anna ha dit...

Se nota tanto el cariño... ojalá hubiese tenido abuelos...

Nynaeve ha dit...

Que haya cariño por mi parte no quiere decir que éste fuera correspondido. No digo que no me quisieran, pero las personas somos muy injustas en muchas ocasiones.

Cuando ya no tienen la obligación de "educarte", tampoco son rígidos en que se note quien es "su preferido o no".

De los cuatro, a los dos abuelos los perdí pequeña. Increiblemente yo era la favorita de mi abuelo adoptivo. (El que viste en el vídeo).

Pero era "una vergüenza" para mi abuelo materno. Ya te digo, yo sé que me quería pero no dejaba de ser hija de madre soltera. Y eso que mi madre era su favorita, aunque en este caso sí intentara que no se le notara.

De mis abuelas... tengo mi abuela Reme y mi abuela. La simpatía que pueda tener por Reme es sólo porque sé que si no se la tengo, mi padre sufre y a la fueza, le terminas cogiendo cariño. La rechacé desde el principio (cómo abuela, no como persona). Luego supe por qué.

Y mi abuela. Pues me en parte me exigía que actuara como la continuación de su hija, fuera consciente o no. Me he partido el lomo por ella. La he llevado a Cullera, la he traído. He gastado mis vacaciones, para que no se sintiera sola. Pero para ella el sumun era mi prima Silvia. ¡Qué la llamaba por teléfono!.

En fin, que yo prefiero quedarme con lo bueno y no recordar lo malo.

Así que, que no te engañe la forma que yo tenga de hablar de ellos. Los he querido mucho. Y ellos a mi, también. Pero también me han hecho mucho daño.

De todos modos... ese sentimiento te va acompañará siempre. Es cómo si yo dijera, ojalá hubieran apreciado más lo que les quería...